martes, 3 de febrero de 2015

La recreación del mito

A los mitos hay que mantenerlos casi siempre a una distancia prudencial. Si te acercas mucho corres el riesgo de que se te vengan abajo a las primeras de cambio. Casi nunca me he acercado a mis ídolos futbolísticos de la infancia, por eso los mantengo a salvo. En otras facetas de mi vida sí he conocido de cerca a grandes hombres y mujeres que admiraba en la distancia, y no siempre ha sido gratificante esa cercanía. A esas aproximaciones he llegado como periodista, pero siempre que pude elegí no acercarme a los grandes personajes que mantengo en un pedestal literario, musical o futbolístico. Germán, Tonono y Guedes eran los grandes mitos futboleros de mi niñez. Mi abuelo y mi padre reverenciaban al Maestro, y yo recuerdo verlo jugar cuando tenía siete u ocho años como si estuviera viendo a una especie de ser superior sobre el césped del Insular. Más tarde llegaron Brindisi, Morete y compañía a convertirse en nuestros ídolos, pero los mitos siempre fueron intocables.
Nunca me acerqué a él en todos estos años, pero gracias a Ignacio S. Acedo aquel jugador con el número 10 a la espalda es todavía más grande. Nacho ha podido acercarse al personaje porque no lo vio jugar, y por tanto no se vio coartado por ese miedo a las decepciones que contaba hace un momento. Pero aun con esa lejanía generacional, en su libro se nota todo el tiempo la admiración que siente hacia Germán Dévora. No era fácil acercarse a un personaje tan mítico en la sociedad canaria. Las veces que me contó que estaba escribiendo el libro y que se reunía con Germán cada viernes por la tarde desde hacía muchos meses, no le quise romper aquella ilusión que se acrecentaba a medida que se iba adentrando en la historia del jugador y de la Unión Deportiva Las Palmas. Intuía que Nacho podría encontrar ese camino que ha encontrado, pero también temía que se perdiera en la grandeza del personaje. El libro que ha escrito es ahora mismo uno de los mejores caminos de vuelta a la infancia que conozco. El repaso de los partidos y de las anécdotas es el repaso de la vida de muchos de nosotros. Porque la trayectoria de Germán no solo fue la que vimos sino también la que no dejaban de contarnos quienes lo vieron jugar desde sus primeros encuentros. Hace unos días sí coincidí con Germán y con Nacho Acedo en un acto que se celebraba en la sede de Los Cachorros. Estuvimos hablando y le recordé al Maestro que yo de niño llevaba un llavero con su efigie a todas partes y que recordaba cada una de las estampas en las que aparecía en aquellos álbumes plagados de ídolos. Encontré a alguien parco en palabras pero con una mirada emocionada cuando le relatabas anécdotas o recuerdos de aquellos años. El libro de Nacho Acedo no solo ha sabido mantener a salvo el mito sino que lo ha engrandecido todavía más con contenidos, datos y fotografías que se repasan como mismo se repasaban una y otra vez aquellas colecciones de estampas. En la vida solo se consigue lo que se busca con esfuerzo y con disciplina diaria. Y si a ese esfuerzo se le añade la pasión de lo que uno está haciendo casi siempre se consiguen concretar todos los sueños. Así se ha gestado este libro y así se fraguó la carrera futbolística de Germán: con trabajo, con profesionalidad y con talento. Lo que queda es un testimonio que de no haber sido escrito se hubiera ido perdiendo poco a poco en la espesura del tiempo.


1 comentario:

  1. Los mitos son, dioses, semidioses, héroes, hasta monstruos. Se nos vienen abajo al idealizarlos, pero casi siempre es bueno correr riesgos. Sólo se vive una vez

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